¿Pero cómo puede ser que el precio en LOW COST TIBURONOIL sea de media un 10% más barato que en las gasolineras de marca?
La respuesta hay que buscarla en el nuevo modelo de negocio que han desarrollado, basado en la optimización de costes y en la reducción de márgenes. Los márgenes brutos con los que opera una gasolinera tradicional son de alrededor de 0,25 €/l, mientras que las automatizadas están dispuestas a recortarlos en un 50%.
Para conseguirlo, han optimizado sus costes al máximo. Algunas de las estrategias que utilizan para poder ofrecer descuentos de hasta 20 céntimos por litro son:
- Automatización del servicio, pero sin renunciar a una correcta atención al público. Con lo que se reducen los costes de personal ya que sólo es necesario un supervisor a diferencia del modelo tradicional atendido por diversas personas.
- Eficiencia en la elección de la ubicación. Como el cliente está dispuesto a desplazarse no necesitan estar en zonas caras.
- Ajuste en la inversión, reduciendo el número de surtidores, eliminando la tienda y obras costosas, instalando depósitos más pequeños para una mayor rotación del producto.
- El 40% de los conductores no requiere de la tienda. Al carecer de tienda, el margen de la misma desaparece pero también las partidas de suministros (electricidad,…) se reducen drásticamente.
- Limitación del catálogo de carburantes que se ofrece a los únicamente más demandados por los usuarios: diésel y gasolina Sin Plomo 95.
¿Cómo podemos estar seguros de que la calidad de la gasolina LOW COST TIBURONOIL es la misma que la de la gasolina convencional?
- La regulación española obliga a que todo el carburante que se vende en el país cumpla la norma EN 22, que garantiza un estándar de calidad para el consumidor final.
- Además, en España el grupo CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos)
es el que se encarga, prácticamente en exclusiva de la distribución de carburantes a todas la estaciones de servicio. Es decir, tanto las gasolineras low cost como las convencionales tienen al mismo
proveedor y, por tanto, adquieren el mismo producto. La única diferencia entre unas gasolinas y otras son los aditivos que cada marca decide añadirle. Se trata de aditivos que se incorporan al carburante en proporciones mínimas para agregarle propiedades detergentes y lubricantes extra, pero que no alteran la pureza ni la calidad del producto original.
- El incremento en el número de estaciones de servicio baratas del 65% habría sido imposible si el producto ofertado no cubriera las expectativas de calidad.
Casi un 8% de las estaciones de servicio en Europa ya son de este tipo, lo que representa un 5% de las ventas. En países como Dinamarca, Finlandia, Suiza y Suecia superan el 50%. Por número, la palma se la lleva Suiza, por volumen de ventas, destacando Francia con un 10%.